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Revista ES n.10 ― ​outubro 2020
LA ECONOMÍA SOCIAL EN ESPAÑA COMO POLÍTICA PALANCA DE TRANSFORMACIÓN: CONFLUENCIAS CON PORTUGAL
​​Maravillas Espín Saez
Directora General de Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas
​Ministerio de Trabajo y Economía Social de España

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1. LA ECONOMÍA SOCIAL EN ESPAÑA: UN MODELO A LA MEDIDA DE LAS PERSONAS

La Economía Social en España pone nombre al conjunto de entidades diversas que operan en el mercado económico conformando un modelo construido a la medida de las personas. Su peso económico y social va cobrando, de manera intensa, un valor específico a nivel europeo. De hecho, su larga y sostenida trayectoria de trabajo incesante, apegada a los principios que lo identifican: primacía de las personas y del fin social sobre el capital; gestión democrática; promoción de la solidaridad interna y con la sociedad y un abierto compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades y la generación de empleo, apunta a este modelo económico, como actor clave en la recuperación.

Las entidades que conforman la Economía Social en España gozan de una enorme solidez. Así, la Economía Social española representa cerca de un 10% del PIB y del 12,5% del empleo, con más de 2 millones de empleos directos e indirectos. De manera reciente, la nomenclatura del Ministerio de Trabajo como Ministerio de Trabajo y Economía Social, ha mostrado de manera clara la apuesta del nuevo Gobierno de España por reconocer la relevancia del sector e impulsar su visibilidad como lo que es: un modelo de transformación social y económico, que afronta los retos -los ya existentes y los sobrevenidos como consecuencia de la COVID-19- de nuestro país con la tenacidad, elasticidad e innovación requerida.
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Los buenos datos que ofrece el sector son generados por más de 43.000 entidades, siendo la mayor parte de ellas cooperativas, tal y como se representa en el siguiente gráfico:
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Fuente: CEPES, basado en datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social y de sus organizaciones asociadas.

​De igual forma, la mayor parte de los más de 2 millones de personas trabajadoras que emplea se encuentran cooperativas, estando más de la mitad de ellas asociadas a cooperativas en el sector de la agricultura y la ganadería.
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Fuente: CEPES, basado en datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social y de sus organizaciones asociadas
El compromiso de España con la Economía Social viene de lejos y así lo demuestra el hecho de que fuera el primer país en aprobar una Ley de Economía Social: la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social. Este marco normativo, que cumplirá el año que viene 10 años, supuso un punto de inflexión en la consideración del sector, dotándole de un mayor reconocimiento y visibilidad acorde a su aportación a la sociedad.

En esta misma política de impulso y apoyo al sector, y tras un primer Plan de Acción, se aprobó la Resolución de 15 de marzo de 2018, de la Secretaría de Estado de Empleo, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 29 de diciembre de 2017, por el que se aprueba la Estrategia Española de Economía Social 2017-2020. La Estrategia, que llega este año a su fin, se incorporó como una de las Políticas Palancas para cumplir con los ODS, un reconocimiento que puso de manifiesto la íntima relación entre el modelo que propugna la Economía Social y la Agenda 2030.

De otra parte, y como consecuencia de la descentralización territorial llevada a cabo en España en las últimas décadas, las Comunidades Autónomas han asumido competencias en Economía Social, de tal forma que la mayor parte de ellas se han sumado a la corriente de apoyo público del sector, desarrollando sus propias leyes y estrategias, adaptándolas a las especificidades territoriales y complementando así el marco e impulso dados desde el gobierno central.

Estos grandes avances y el reconocimiento indudable del trabajo realizado, que ha alcanzado su expresión más solidaria y resiliente durante la pandemia, no hace inmune a la Economía social a los retos, económicos y sociales, a los que se enfrenta el conjunto de nuestra sociedad.


2. UNA ECONOMÍA SOCIAL PREPARADA PARA AFRONTAR LOS PRÓXIMOS RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES 

Entre estos retos, destaca el de la digitalización, pues la pandemia ha confirmado la necesidad existente de contar con las estructuras tecnológicas apropiadas para una economía que se ha evidenciado cada vez más interdependiente y, al mismo tiempo, competitiva. En la Economía Social, además, se da la circunstancia de que muchas de sus entidades pertenecen al mundo rural,  con las dificultades que ello ha venido suponiendo en relación con la brecha digital.

Las necesidades de las entidades de adaptación a las exigencias surgidas durante la pandemia han forzado este proceso de digitalización. No obstante, desde el Gobierno se ha puesta en marcha las medidas estratégicas necesarias para garantizar la igualdad y competitividad de nuestro tejido empresarial, del que forman parte esencial nuestras entidades de la Economía Social.

De otra parte, se muestra imprescindible facilitar la transformación y reconversión de empresas mercantiles viables pero afectadas por la actual crisis en empresas de la Economía Social. Se trata de una apuesta por el mantenimiento y la generación de empleo y de un empleo de calidad. Esta apuesta permite, asimismo, abordar el gran reto demográfico al que se enfrenta nuestro entorno, facilitar el relevo intergeneracional y favorecer el enraizamiento en el territorio de entidades que no se deslocalizan sino que irradian tejido social y económico allí donde se asientan.

Sin duda, la crisis económica del 2008 puso de manifiesto la mayor capacidad de resistencia del sector, que no solo logró conservar más tejido empresarial y empleo sino que se consolidó por la transformación de empresas mercantiles en empresas de la economía social, en casos de cierres en los que las personas trabajadoras asumían la empresa y comenzaban un nuevo camino como entidad de la economía social. Ante la crisis derivada de la pandemia del COVID19, en la que de nuevo se han vuelto a producir casos similares, se ha constatado la necesidad de establecer mecanismos que faciliten estas transformaciones, así como políticas que permitan a la ciudadanía conocer el valor de esta alternativa de autoempleo colectivo.

Para transitar de la crisis en la que nos hallamos inmersos hacia una “normalidad mejor”, como decía el director general de la OIT, Guy Ryder, hay que contar necesariamente con los valores y principios que representan las entidades de la economía social, de calidad en el empleo, igualdad, integración y sostenibilidad.

Con el objetivo de acompañar y apoyar al sector ante estos retos, que son de todas y todos, desde el Ministerio se va a reactivar el Consejo para el Fomento de la Economía Social. Creado en 1999 como órgano asesor y consultivo para las actividades relacionadas con el sector, el Consejo se encuentra paralizado desde hace unos años. En la actualidad se está tramitando la reforma del Reglamento que lo regula para dotarle de un nuevo impulso y una nueva estructura más acorde a las necesidades de nuestra sociedad. Se trata del escenario institucional del diálogo entre territorios y organizaciones representativas del sector; un marco de coordinación de las políticas públicas necesarias para desarrollar la Economía Social con todo su potencial.

Al mismo tiempo, se está trabajando en la evaluación de la Estrategia Española de Economía Social y en la elaboración de una nueva. Esta nueva estrategia abarcará el periodo 2021-2027, alineándose así con el periodo de programación de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, con la finalidad de contar, además de con recursos económicos propios, con la cofinanciación de recursos procedentes del Fondo Social Europeo, como se ha venido haciendo hasta ahora con el Programa Operativo FSE de Inclusión Social y de la Economía Social, y con los programas operativos regionales del FSE. Además, se pretende que esta Estrategia se alinee también con las estrategias respectivas de las Comunidades Autónomas, generándose así sinergias a nivel nacional que contribuyan al impulso del sector.

En esta misma línea, y al objeto de contribuir económicamente al impulso de la Economía Social en España se hará uso de los Fondos Europeos provenientes del Plan para la Recuperación, tal y como confirmó el presidente del gobierno a la ministra de Trabajo y Economía Social y a las organizaciones representantes del sector en la reunión celebrada el 24 de septiembre.

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3. RELACIONES CON PORTUGAL EN EL ÁMBITO DE LA ECONOMÍA SOCIAL: UN ESPACIO DE CONFLUENCIA

En los últimos años se viene trabajando en la proyección internacional de la Economía Social, tanto a nivel multilateral como en las relaciones bilaterales.

En este último ámbito es en el que destacan las relaciones con Portugal, país con el que se tiene firmado un Memorándum de Entendimiento (MoU) fruto de la similar visión sobre cómo trabajar en pro de la Economía Social, como se desprende del análisis de la Ley Portuguesa sobre la Economía Social aprobada en el año 2013.

Las autoridades portuguesas han avanzado enormemente en el desarrollo e impulso de la Economía Social en los últimos años y ambos países nos beneficiamos de los conocimientos y experiencias mutuos. Para España, resulta de particular interés la experiencia en elaboración de cuentas satélite de la Economía Social de Portugal, que es una referencia internacional.

Cabe destacar también la colaboración entre ambos países en el Comité de Seguimiento de la Declaración de Luxemburgo. Este año España ostenta la presidencia, habiéndose celebrado una reunión, el día 28 de mayo, en la que se contó con representantes de alto nivel de 16 Estados Miembro de la Unión Europea, así como de las instituciones europeas (Comisión Europea y Parlamento Europeo), organizaciones europeas e internaciones (Comité Económico y Social Europeo, OCDE, OIT) y asociaciones representativas de la Economía Social. Dado que el próximo año, 2021, Portugal ostentará la Presidencia del grupo (coincidiendo con la asunción de la Presidencia rotatoria del Consejo), se prevé una amplia colaboración que permita continuar expandiendo el grupo y, en consecuencia, el peso de la Economía Social en la Unión Europea.

Esta colaboración será clave de cara al Plan de Acción Europeo sobre Economía Social, Plan que, bajo el liderazgo del Comisario Schmit, verá la luz en el segundo semestre de 2021. La sucesión de presidencias al frente del Comité de Luxemburgo, así como la asunción de la Presidencia del Consejo por parte de Portugal en 2021, supone una oportunidad para ambos países para unir fuerzas e influir en él para potenciar la Economía Social.

Además, más allá de Europa, en la última reunión del Comité, España y Portugal coincidieron en destacar la necesidad de reforzar las relaciones transfronterizas, cuestión ya planteada en el MoU junto a la posibilidad de incluir en la Agenda de las Cumbres Iberoamericanas la Economía Social y en la que deberá seguir trabajándose en los próximos meses.

Cabe destacar, por tanto, el alineamiento existente con respecto a la Economía Social entre ambos gobiernos, que se beneficia, además, de las buenas relaciones entre sus organizaciones respectivas de referencia en el ámbito de la Economía Social, CEPES por parte de España y CASES por parte de Portugal, cuya labor es fundamental para hacernos llegar las demandas específicas del sector.
 
Como se ha puesto de manifiesto a lo largo de estas líneas, la Economía Social española constituye un verdadero puntal económico y social para nuestro país, habiendo demostrado durante la reciente pandemia su compromiso con unos valores y principios que hacen más fuerte a nuestras sociedades.

El Gobierno de España trabaja y colabora con los agentes del sector para continuar facilitando la visibilidad de su contribución y su desarrollo. Estamos muy atentas a los países de nuestro entorno para trabajar conjuntamente en los ejes que favorezcan a la Economía Social. Entre estos países, destaca el caso de Portugal, con quien nos une lazos estrechos y un total entendimiento sobre el valor de la Economía Social. Este espacio de confluencia está permitiendo a ambos países ahondar en sus relaciones y trabajar de forma conjunta por la consolidación de la Economía Social a nivel europeo.
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Revista ES n.10 ― ​outubro 2020
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